domingo, 10 de abril de 2011

Un recuerdo pequeño



El 31 de marzo del 2009 moría el líder radical, Raúl Alfonsín, y a partir de ese momento se realizaron múltiples análisis sobre los alcance de su legado. Y hasta se llegó a constituir una comisión permanente en homenaje a su figura. Al respecto, vale la pena recordar una referencia publicada el 4 Abril del 2010 en el diario Perfil, qu...e hizo su hijo Ricardo: “...Alfonsín cuando inauguró por última vez las sesiones ordinarias en el Congreso, dijo: -Hubo cosas que no pudimos hacer, hubo cosas que no quisimos hacer, y hubo cosas que no supimos hacer-
No era una confesión de humildad. Estaba diciendo que la política es relación de fuerzas, de poder, que no es solamente principios, buenos programas y los mejores hombres.
Estaba diciendo (…) las mejores intenciones podían fracasar si la relación de fuerzas era adversa…”.
De esa forma, Ricardito sin quererlo, e incluso como una valoración positiva, no hace más que marca la incapacidad de su padre para superar ciertas dificultades. Porque de eso se trata el ejercicio de una presidencia. Y a su vez, evidencia como él también concibe determinados límites como ineludibles. Con esa lógica aquel líder que asumió el 10 de diciembre de 1983 frente a una Plaza de Mayo abarrotada de gente, fue empequeñeciendo su figura con el transcurso de su gestión.
En ese sentido, el 1 de abril del 2009 Ignacio Zuleta afirmó en el diario Ámbito Financiero que: “Nadie con tan poco alcanzó tanto; ni nadie con tanto terminó con tan poco”.

Por el contrario, muy distinto fue el comienzo de la presidencia de Néstor Kirchner, que a pesar de asumir con sólo el 22.24% de los votos de los argentinos, “nunca se achico”. Y mucho tuvo que ver aquella crispación que le adjudicaban los escribas liberales. Así en noviembre del 2005 se plantó frente al Presidente de Estados Unidos, George Bush, para rechazarle el ALCA (Tratado de Libre Comercio). Con igual actitud ante las entidades crediticias internacionales, logró la quita del 75% de la deuda externa, en junio del 2004. También el 29 de mayo del 2006 se paró delante de los vestigios fascistas del ejército para gritarles “ no les tengo miedo”. Sin dudas, como decía Napoleón Bonaparte: “Imposible es el adjetivo preferido de los incapaces”. Al que le quepa el sayo que se lo ponga.

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