martes, 12 de julio de 2011

Una categoría NO apta para frívolos.


En Argentina pocas decisiones son tan trascendentes para la vida de los HOMBRES, como la que toman cuando, libres de herencia, eligen una camiseta de fútbol.

Dicha acción puede estar influida por motivos de los más diversos, como cuestiones regionales, y hasta la coincidencia entre el éxito deportivo de un club, y el momento en que deciden el color a alentar. En este último caso, ya se vislumbra un espíritu oportunista en quienes eligen ser del ganador. Y más aún, cuando para formar parte de ese concierto triunfalista no hace falta más meritos que una declaración de pertenencia.

Sin embargo, NO todo resulta tan sencillo para esta clase de gente, ya que a diferencia de otros ámbitos, entre los simpatizantes del fútbol no está bien visto quien un día diga ser de uno, y al día siguiente de otro, de acuerdo con los resultados. Es decir, el compromiso aquí no está sujeto a las circunstancias. Por ese mismo motivo, la pasión futbolera como el romanticismo, NO son fenómenos accesibles para el universo femenino.

Bajo estos múltiples sentidos, cabe abordar las contrariedades que implicó el descenso de “River Plate” para sus hinchas. Debido a que los significantes que hicieron identificar a ciertas personas con dicha institución, terminaron por vaciarse de contenido.

En efecto, la serie de representaciones imaginarias que se fomentaron desde el club de Nuñez, NO han hecho otra cosa que apuntar hacia “La Frivolidad”.

Así se jactaron de ser los “millonarios”, e hicieron conocer a su estadio como “El Monumental”. Mientras que las estrofas de su Himno declara que: “… El más grande sigue siendo River Plate, el campeón más poderoso de la historia…”

Al respecto, el proveedor de síntomas, Jacques Lacan, explicaría que las personas se identifican con objetos cargados de significantes, para lograr así la consistencia de su ser. De ese modo, cuando alguien dice: “YO soy de River”, en realidad lo que hace es señalarse bajo los atributos que son de OTRO, para presentarse de una forma en particular ante los demás.

Por lo tanto, a nadie puede dolerle más un DESCENSO, que a aquellos que eligieron la bandera del Club de Nuñez como una manera de IZARSE hacia el éxito.

Nada de esto ocurre entre los xeneizes, dado que las representaciones imaginarias que parten desde el club de la ribera, están asociadas a significaciones de otra índole. Boca es: barro, garra y pasión. NO obstante, le ha birlado la “Copa Intercontinental” a clubes poderosos como el “Milán” y “Real Madrid”. Pero NO por eso los boquenses han adoptado aires de Reyes, al contrario, esas victorias han sido vividas con la misma satisfacción que ostentan los pueblos cuando logran derrocar a una monarquía.
En definitiva, las razones que llevan a las personas a elegir las camisetas de “River” o de “Boca” son muy diferentes, y a partir de esa decisión, unos pretenderán que pese a todo se los identifiquen con el vanidoso rótulo de “millonarios”. Mientras que los otros, serán señalados con el insulto de “Bosteros”. Pero como estos últimos están provistos de una autoestima superior al resto, tomarán ese agravio con orgullo, y resignifican así su sentido. Cosa que las gallinas jamás podrán lograr.