En relación al día del periodista, vale destacar algunas apreciaciones que hizo en España, el semiólogo Ignacio Ramonet, durante la presentación de su nuevo libro 'La explosión del periodismo':
“… la falta de credibilidad de los informadores en las sociedades occidentales, hace que sean visto como sujetos pasivos en connivencia con los políticos....
(…) Eso ha provocado que vivamos en un estado de inseguridad informativa, porque cuando recibimos una información, no estamos seguros de que sea verdad…"
Por su parte, el escritor Orlando Barone en su carta abierta del 26 de abril de 2010, expresó:
“…El periodista –al contrario de otro tipo de trabajador- arrienda su inteligencia. Arrienda su moral. Arrienda su visión de la vida y del mundo…”
En ese el sentido, es como se ha ejercido la profesión hasta ahora, y las nuevas generaciones de periodistas deben ser consiente de esa realidad. Pero NO para tomarla como una verdad, sino para cuestionarla y cambiarla por otra mejor.
Es decir, si hoy la realidad nos impone limitaciones espurias, entonces NO es nuestra realidad. Por tanto, hay que asumir el desafío de dignificar la profesión orientándola hacia la excelencia. Y para lograrlo, los periodistas cuentan con la mejor de las herramientas: “La palabra”. Usémosla con la mayor ética posible.
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