domingo, 31 de octubre de 2010

Pingüinos en las calles



" El hombre vale por su tenacidad. El hombre vale por la contundencia que ponga en el amor a sus ideas". Esas palabras fueron pronunciadas por el abogado Jorge Eliécer Gaitán en 1946, y parecen describir los atributos y la dimensión del ex presidente, Néstor kirchner. Quien desde el 27 de octubre dejó de tener límites corporales, para deambular con su espíritu sobre los cuantiosos militantes que continuarán la lucha contra la injusticia social.
Mientras tanto, los redactores de la minoría conservadora observan el ascenso de la marea humana que se identifica con la figura de Néstor, y sin embargo escriben: “…Es posible que en poco tiempo se advierta que el kirchnerismo, muerto Kirchner, es un sujeto de dudosa consistencia…”
( Carlos Pagni – La Nación - 28 de octubre de 2010 )
Por su parte, Joaquín Morales Solá, persistente en su estilo de sostener los artículos con fuentes incomprobables, aseguró en la nota titulada “Jamás dejó el poder”, que “ … Cinco días antes de su muerte, (…) su encuestador histórico llamó desesperado a un importante dirigente filokirchnerista. - Esto está terminado - concluyó el encuestador. -¿Hay alguna posibilidad de cambiar el curso de las cosas? -averiguó el interlocutor. -Ninguna, hermano. Esto está terminado - repitió el conocido analista.
Una vida sin poder no era vida para Néstor Kirchner. Por eso, quizás, su vida y su poder se apagaron dramáticamente enlazados.

De esa forma, estos editorialistas plantean tesis que nada tienen que ver con la realidad, e incluso llegan hasta contradecir la información brindada por otros periodistas del mismo matutino. EJ: el 13 de agosto de 2010, Fernando Laborda había dado cuenta del “ … crecimiento experimentado en los últimos meses por los Kirchner en las encuestas obedece a la percepción de dudas y errores en la oposición…”

Es decir, Pagni y Morales Solá se consolidan como los escribas favoritos de la derecha Argentina, no por informan acerca de lo que ocurre en las calles, sino por esmerarse en construir una realidad acorde a las ambiciones de sus lectores.
Tarea nada fácil de sobrellevar, ya que el pueblo se ha unido en pos de sustituir el grito de “ que se vayan todos”, por “gracias Néstor, fuerza Cristina”. Cuantas cosas se hicieron para lograr semejante cambio semántico. Será que Néstor era tan admirador de León Gieco que hizo propia la consigna de una de sus canciones, aquella que dice: “… que la reseca muerte no me encuentre, vacío y solo sin haber hecho lo suficiente…” Nada de eso ocurrió, aunque a los fieles lectores de Pagni y Morales Solá seguro que lo hubiesen querido.

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