El 29 de septiembre frente al Palacio de Tribunales, se llevó a cabo un multitudinario acto para solicitarle a la Corte Suprema, el rechazo a la medida cautelar, que demora la instrumentación de la Ley Servicios de Comunicación Audiovisual. Al objetar el artículo 161, el cual, establece el plazo de un año para que las empresas periodísticas se adapten a la nueva norma sancionada por el Congreso.
En ese contexto, la titular de madres de plaza de mayo, Hebe de Bonafini, declaró: "Arranquémosle a la Corte el fallo. Si tenemos que tomar el Palacio, tomémoslo. Hay que arrancarle a la Corte lo que es del pueblo". Dicho esto, los multimedios desviaron el sentido de lo que se había reclamado en esa jornada, para concentrarse en los polémicos enunciados de Hebe. Así llegaron a redactar numerosas notas, todas ellas sostenidas por sus fuentes habituales. Es decir, aquellos que siempre demuestran su rápida vocación de servicio a las corporaciones periodísticas.
De esa manera, fue posible leer la falsa alarma del Diputado Francisco de Narváez, quien expresó: Los dichos de Hebe de Bonafini son una amenaza para todos los que queremos vivir en paz"En la misma LINEA, el ex presidente Eduardo Duhalde, afirmó que el discurso de Bonafini "<em>intentó socavar la división de poderes, atentando contra el Estado de Derecho y avasallando al Poder Judicial">. Pero como si estas exageraciones fueran pocas, el legislador porteño del bloque Unión Federal, Daniel Amoroso, dio un paso más. Y acusó a la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, ante el Juzgado Federal Número 3 de Daniel Rafecas. Por la presunta comisión de las figuras de "instigación a cometer el delito de atentado al orden constitucional y a la vida democrática" .. Es decir, Amoroso con tal de salir de su anonimato público, tuvo la insolencia de querer darle lecciones de democracia a quien se enfrentó cara a cara contra la última dictadura.
Resulta evidente entonces, que dicha gente cumple con sus roles indignos de ser los sirvientes del poder. En otras palabras, son todo lo contrario a lo que ha demostrado Hebe como militante.
Tan es así, que se la puede cuestionar como intelectual, ya que apenas terminó la primaria. También es discutible su capacidad oratoria, dado que nunca cae en eufemismos. Pero nadie podrá poner en duda que Hebe es una “luchadora”, y que siempre le puso el cuerpo a las injusticias.
En ese sentido, el 29 de septiembre salió con su apasionamiento habitual, a defender una norma de la democracia, que debe sustituir por completo a la Ley 22.285, promulgada por el último gobierno de facto. Y si tal vez se equivocó en las formas, no lo hizo en el contenido. Lo cual, la pone por encima de tantos personajes que creen que hacer política es hablar bonito y estafar a la gente. Hebe por el contrario, aún con sus 82 años a cuesta, y su alma desgarrada. Sigue marchando al lado del pueblo reclamando Justicia.
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