jueves, 22 de abril de 2010

El valor del tiempo

El tiempo que disfruta desperdiciar, no es tiempo desperdiciado”, frase pronunciada por el filósofo, Bertrand Russell, en clara oposición a la premisa del capitalismo. Definida por uno de los fundadores de los Estados Unidos, Benjamin Franklin, como “el tiempo es dinero”.Luego el destino con sus paradojas hizo que al terminársele su tiempo de vida, Franklin se convirtiera en billete de cien dólares. Es decir, promocionó tanto sus ideas, que su figura quedó materializada en ellas.
Sin embargo su lema sólo planteaba la citada relación, sin dar explicación alguna sobre sus diversos efectos. Ya que no suelen resultar remuneraciones iguales, ante las mismas cantidad de horas trabajadas.
Por ejemplo, el tiempo concentrado en la escritura, como actividad para el desarrollo y difusión de ideas. E incluso, como vehículo donde se transportan los sentimientos. Y nada debería considerarse más valioso que ellos. Sin embargo, la realidad económica de los redactores, es bastante menos próspera que la de aquellos abocados a hacer balances contables.
Es decir, la habilidad en el manejo de metáforas, es menos rentable que la de manipulación de números. Moraleja: Las palabras sirven para enriquecer el alma, mientras los números lo hacen con los bolsillos.Ese es el sentido de como se privilegian determinados intereses sobre otros, y a partir de ese orden, llega resultar hasta más valioso un litro de petróleo, que la vida de un ser humano.Así lo demostró el ex presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, con su política exterior. Aunque nunca lo haya expresado en palabras, pero sí con sus actos en el Golfo Pérsico.
Sucede que ellas no abundan en ese tipo de seres, y encima, se les rebelan en su boca, hasta ocasionarles constantes errores en sus mensajes.
Así tuvieron origen los “Bushismos”, término con que se definió a la incapacidad oral del ex mandatario. Y que además evidencia el resto de sus limitaciones.
EJ:El 5 de agosto de 2004 en Washington, afirmó:
• “Nuestros enemigos son innovadores e ingeniosos, pero nosotros también. No cesan nunca de pensar en cómo dañar a nuestro país y a nuestro pueblo. Nosotros tampoco”
Otra de sus recordadas frases para la posteridad la pronunció el 28 de noviembre de 2005, en Tucson, Arizona :• “…Los que penetran en el país ilegalmente están violando la ley…”
Sin dudas, quien fue el hombre más poderoso del planeta, era a su vez, una de las almas más indigente de la tierra. Así “el mundo ha vivido equivocado” como dijo el escritor, Roberto Fontanarrosa.Y hoy en día, Estados Unidos ha podido cambiar de mandatario, y el negro rosarino de mundo. Pero todo lo demás sigue como entonces.Es decir, el tecnicismo numérico continua organizando las economías del planeta, y de esa manera se ha logrado, con toda intención, distribuir la riqueza de la manera más desigual e injusta posible.Tanto que de los US$25 billones correspondientes al PIB mundial, llegan a quedar concentrados unos US$18 billones, sólo en los países del G-7: Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Francia, Italia, Alemania y Japón. Mientras que los $7 billones restantes, se reparten entre más de 180 países.
De esa forma, millones de personas caen en la pobreza, y terminan padeciendo todos sus males. Que van desde problemas de viviendas y alimentarios, hasta la mera subsistencia en condiciones favorables al contagio de diversas enfermedades.
Resulta evidente entonces, que quienes dominan los números, lo hacen de una manera bastante insensible. Mientras que sin sentimientos, nadie podría ser hábil con las metáforas.En ese sentido, es factible afirmar que el planeta giraría de una manera más pacífica y armoniosa, si sus habitantes dedicaran más tiempo a perseguir rimas, en vez de billetes.Así opina este que escribe, sin aspirar que sus lectores estén de acuerdo. Pero al menos sí guarda la esperanza, que quienes hayan llegado hasta la última de sus líneas, no consideren que han perdido su tiempo
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